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Trastornos de ansiedad en la infancia y en la adolescencia

Ciertos niveles de ansiedad son normales durante el desarrollo de un niño, como el temor a la separación de la madre en la primera infancia, el miedo a la oscuridad o a ciertos animales en la etapa preescolar, o la timidez ante situaciones nuevas. Sin embargo, cuando la ansiedad se manifiesta de manera exagerada y afecta significativamente el funcionamiento diario o causa angustia severa, puede indicar un trastorno de ansiedad.

Estos trastornos afectan alrededor del 3% de los niños de 6 años y hasta al 10% de los adolescentes, y están asociados con un mayor riesgo de depresión, comportamiento suicida, adicción y dificultades académicas en la vida adulta. Entre los trastornos de ansiedad que pueden afectar a niños y adolescentes se encuentran la agorafobia, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad por separación, el trastorno de ansiedad social y las fobias específicas.

El rechazo a asistir a la escuela es una manifestación común de trastornos de ansiedad en niños y adolescentes, siendo más frecuente que la fobia escolar. Este rechazo puede ser causado por ansiedad por separación, trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico o una combinación de estos trastornos, además de la posibilidad de acoso escolar.

Algunos niños expresan directamente sus preocupaciones, mientras que otros manifiestan sus malestares a través de síntomas somáticos como dolores de estómago, náuseas y problemas para dormir. Estudios a largo plazo han demostrado que muchos de estos niños presentan un trastorno de ansiedad subyacente.

El diagnóstico de un trastorno de ansiedad se realiza mediante una evaluación psiquiátrica basada en los criterios clínicos. Esta evaluación clínica suele incluir una anamnesis psicosocial completa para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de los trastornos de ansiedad implica terapia conductual, como la terapia cognitivo-conductual basada en exposición, así como intervenciones familiares y terapia padre-hijo. Además, se pueden prescribir fármacos, principalmente inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y, en menor medida, inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina (IRSN) y antidepresivos tricíclicos para el tratamiento a largo plazo, y ocasionalmente benzodiazepinas para aliviar los síntomas agudos. En los niños, los trastornos de ansiedad se tratan con terapia conductista, aplicando principios de exposición y prevención de la respuesta, a veces combinada con farmacoterapia.

Consulta siempre a tu médico antes de decidir algo que pueda impactar tu salud.

 

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