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¿Qué es la depresión?

La depresión se caracteriza por una sensación de tristeza y una disminución del interés o disfrute en las actividades, transformándose en un trastorno cuando alcanza una intensidad que perturba el funcionamiento habitual de la persona. A menudo, puede manifestarse tras la pérdida de un ser querido u otro evento doloroso, aunque en relación con este último, la magnitud y la duración de la afectación suelen ser desproporcionadas.

El término «depresión» se emplea comúnmente para describir un estado de ánimo melancólico o desalentador que surge tras eventos emocionalmente angustiosos, como desastres naturales, enfermedades graves o la pérdida de un ser querido. Se puede experimentar momentos de sensación depresiva, como durante las vacaciones (conocida como depresión vacacional) o en aniversarios de pérdidas significativas, aunque estos sentimientos suelen ser temporales y no constituyen un trastorno. Por lo general, estos estados son breves, durando días en lugar de semanas o meses, y tienden a estar asociados con pensamientos o recuerdos del evento traumático. Además, no suelen interferir significativamente con el funcionamiento cotidiano de la persona.

La depresión es el segundo trastorno psicológico más común, después de la ansiedad. Cerca del 30% de quienes consultan a médicos de atención primaria presentan síntomas depresivos, pero solo un pequeño porcentaje desarrolla una depresión grave.

Por lo general, la depresión comienza en la adolescencia o en la edad adulta temprana, aunque puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, incluso en la infancia.

Sin tratamiento, un episodio depresivo puede durar alrededor de seis meses, pero a veces se extiende durante dos años o más. Estos episodios tienden a repetirse a lo largo de la vida.

Algunas causas de la depresión pueden ser más prevalentes entre las personas de edad avanzada. Por ejemplo, estas personas tienen una mayor probabilidad de enfrentar eventos emocionalmente traumáticos, como la pérdida de un ser querido o la separación del entorno familiar debido a mudanzas. Además, otras fuentes de estrés, como la disminución de los ingresos económicos, el empeoramiento de condiciones de salud crónicas, la pérdida gradual de independencia y el aislamiento social, también pueden contribuir.

Los trastornos médicos que pueden predisponer a la depresión son comunes entre las personas mayores. Estos incluyen cáncer, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, trastornos tiroideos, accidentes cerebrovasculares, demencia y enfermedad de Parkinson.

Consulta siempre a tu médico antes de decidir algo que pueda impactar tu salud.

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